Llamamos estrés es las respuesta que da nuestro organismo en su intento de adaptación a ciertas condiciones y estímulos. Llamamos a dichas condiciones y estímulos estresores.
Es decir que:
Estresor es el estímulo que desencadena una respuesta de adaptación en nuestro organismo.
Estrés es la respuesta de nuestro cuerpo por adecuarse al estresor.
Dichos estímulos son condiciones presentes en el ambiente o en el propio sistema holístico (cuerpo, mente, emociones, energía, espíritu) que generan un desequilibrio en cualquiera de estas esferas. La respuesta que llamamos estrés es, pues, el intento de adaptación y recuperación del equilibrio perdido.
Selye y la teoría del estrés
Fue Hans Selye, médico austríaco nacido en 1907, quien popularizó la utilización de esta terminología en su teoría del estrés. Selye estableció que el estrés es una respuesta biológica no específica de todos los organismos ante las demandas de los estímulos estresores. Aunque no específica, la respuesta de estrés siempre implica un proceso de estimulación, activación y respuesta. Dicha respuesta implica la secreción de ciertas hormonas que determinan las diferentes reacciones del organismo ante situaciones estresantes.
Selye diferenció el estrés positivo del estrés negativo: al observar que generalmente el organismo responde favorablemente a las demandas externas o internas sin consecuencias negativas para el sistema lo llamó estrés positivo. Por ejemplo cuando tenemos hambre (demanda interna) y podemos responder de manera adecuada ante esta demanda interna satisfaciendo la necesidad unas horas más tarde de que se despierte el intento del organismo por cubrir la necesidad. Otro ejemplo podría ser cuando tenemos frío (demanda externa) y nuestro organismo responde favorablemente durante un tiempo prudencial hasta volver a sentirnos abrigados.
Cuando el organismo se encuentra ante una demanda que se prolonga y no es capaz de dar una respuesta eficaz que equilibre el sistema (satisfaciendo la demanda), entonces se origina el estrés negativo. En los ejemplos anteriores, si la demanda de alimentación o abrigo no se satisfacen, persistirán hasta generar una respuesta de estrés negativo desencadenando la reacción fisiológica y las secreciones hormonales propias como respuesta a dichos agente estresores.
Durante sus años de investigación, Selye observó de qué manera la inmunidad y la resistencia fisiológica se veían comprometidas en circunstancias de estrés, llegando así a elaborar la teoría de que las emfermedades podrían generarse como intentos fracasados del organismo por adaptarse a condiciones estresantes.
“Es interesante señalar que un estrés abrumador (provocado por el hambre, las preocupaciones, la fatiga o el frío prolongado) puede quebrar los mecanismos protectores del cuerpo. Y lo mismo podríamos decir también con respecto a la adaptación, que depende tanto de la inmunidad química como de la debida a las barricadas inflamatorias. Esta es la razón por la cual tantas enfermedades tienden a prosperar en épocas de guerra o hambruna. ¿Cuál es, si un microbio se halla continuamente entre nosotros o a nuestro alrededor, sin provocarnos ninguna enfermedad hasta vernos sometidos al estrés, la “causa” de nuestra enfermedad, el microbio o el estrés?”
Selye llamó “síndrome general de adaptación” a la respuesta fisiológica generalizada que experimenta el organismo en su intento de mantenerse y sobrevivir a una amenaza, el trauma o el cambio. Cuando esta respuesta desemboca en una enfermedad, las llamó “enfermedades de adaptación”.
La aportación de Seligman a la teoría del estrés
Martin Seligman, psicólogo contemporáneo estadounidense, investiga desde hace 40 años sobre lo que llama indefensión aprendida y su relación con la depresión. Ha sido pionero en la psicología positiva haciendo un gran aporte a la comprensión de la interrelación entre nuestra actitud ante las circustancias desfavorables o ante las demandas estresantes del ambiente (interno o externo) y la respuesta general del organismo ante dichas circunstancias o demandas.