La importancia del descanso
Este artículo está realizado con extractos de una serie de posts que compartió Roberto Lesta tras Slow Summit. Puedes ver los posts completos en su cuenta de Instagram.
Roberto es profesor del método Feldenkrais, practicante y facilitador de Yoga Nidra. Desde 2022 colaboramos juntos en los retiros Estar en mí para estar en el mundo, en los que reunimos Feldenkrais & Nidra para explorar, a lo largo de un fin de semana, el descanso a través de la quietud y el movimiento conscientes.
El próximo retiro es esta primavera, del 12-14 de mayo, en el Santuario de Angosto (Álava).
Hasta el 14 de abril puedees reservar tu plaza a precio reducido.
“Hace unos días terminaba la primera cumbre hispano-americana del descanso y el sueño (…) En las reflexiones y “compartires” de la cumbre quedaba en evidencia que la falta de descanso y el deterioro del sueño merman nuestra salud, nuestra calidad de vida, nuestro auténtico potencial y la conexión con nuestra verdadera naturaleza. Por lo que es de vital importancia cultivar un descanso y sueño de la mayor calidad posible.
Desde la perspectiva del Método Feldenkrais, el descanso es un elemento imprescindible. Su papel no es tanto el de reponerse del esfuerzo, sino el de integrar la experiencia de la acción, al mismo tiempo que prepara y predispone al organismo para una nueva, a partir de lo aprendido en las precedentes.
En una clase de autoconciencia a través del movimiento es fácil que estemos un tercio de la misma descansando (una proporción similar a la relación vigilia-sueño).
El organismo aprovecha los descansos para percibir las consecuencias de los movimientos realizados, el efecto interno de nuestras acciones.
Sostener una atención suave, abierta y amable sobre estos momentos de descanso, aumenta la capacidad de optimizar la integración de la información que recibe nuestro cuerpo y propagarla por todo el sistema nervioso.
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El descanso no es un lujo, ni ha de considerarse un privilegio.
Es una tarea pendiente la de tejer, como sociedad, una cultura del buen descanso y del buen dormir. Desde mi punto de vista, es importante dar un soporte colectivo a un acto íntimo e individual como es el descanso y el sueño.
A día de hoy, en la era de la productividad, en una cultura del esfuerzo que va dando paso a la de un hacer compulsivo y neurótico, es, quizá, un acto revolucionario, casi subversivo, el reivindicar el descanso, como un acto de conciencia. Es pura disidencia.
La invitación a parar, a detenernos, no debiera ser tomada como una debilidad, o una pérdida de tiempo, como lo es para algunxs. Tampoco como un privilegio que solo unas pocas personas pueden permitirse, como aseguran otrxs.
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El descanso es una especie de higiene. Algo que se educa y se integra de forma natural y cultural. Dentro de las posibilidades, del contexto y de las circunstancias.
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“¡Débese al sueño honor y respeto! ¡Esto es primordial! (…) No es poco arte el dormir; menester es haber estado despierto durante toda la jornada.” (“Así hablaba Zaratrusta, F. Nietzsche”)
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Se puede encontrar descanso dentro de la acción misma. Es el arte de detectar lo innecesario, o lo inconveniente, y dejarlo ir.
Esta, es tal vez una de las cuestiones más nucleares del aprendizaje a través del Método Feldenkrais; aprender a identificar e inhibir los elementos parasitarios que suelen acompañar nuestras acciones.
Para ello es necesario DARNOS CUENTA (que equivale a estar despiertos/as) de lo que está participando, o no, en lo que hacemos, y explorar si podemos suprimir aquello que no está colaborando con nuestra acción y su motivo, de modo que lo que sí que lo acompaña tenga paso libre, y se adhiera de forma natural. Ésto, también es descansar.
Reducir el esfuerzo, también es descansar”.