Cuando el cuerpo pide más descanso

Seguramente hayas observado cómo, de manera cíclica, periódica, el cuerpo te pide más descanso. 

 

Muchas veces el organismo busca cubrir esta necesidad de descanso extra a través de un proceso de enfermedad (como un resfriado o una gripe), que nos lleva a dormir un poco -o bastante más- que lo habitual. 

 

Otras veces, el cuerpo simplemente pide bajar el ritmo, desacelerar, ir más despacio, pasar más tiempo en la cama, dejar ciertas actividades que le exigen grandes dosis de energía, y buscar en cambio momentos de regeneración, restauración e integración.

 

Es algo bastante habitual que cuando llegan los cambios de estación, especialmente los equinoccios, muchas personas sienten una bajada abrupta de energía, un pedido del cuerpo de dormir más, descansar más y poner el freno a un ritmo de vida saturado de actividad en el mundo exterior. 

 

Este es el proceso que conocemos como astenia estacional.

 

Es importante comprender y recordar que el descanso y el sueño en su conjunto, es un fenómeno integral, holístico, que atiende por igual a todas las partes que componen el complejo y maravilloso sistema que somos como seres humanos.

 

Dormir y descansar dan al cuerpo físico la oportunidad de llevar a cabo funciones esenciales para la salud de todos los sistemas que lo componen. 

 

Dormir y descansar en la medida que el cuerpo lo pide en cada momento, son la clave imprescindible para mantener regular y equilibrar la energía vital disponible para que dichas funciones se lleven a cabo, así como para disponer de una reserva de energía que nos permita estar en la vida de vigilia con ganas, entusiasmo y sin sentir que arrastramos cansancio.

 

Dormir, descansar y soñar, van a permitir a su vez que la psique lleve a cabo procesos de integración de las experiencias vitales, facilitando que el cuerpo emocional asimile sus aprendizajes. 

 

El descanso y el sueño nocturno, permiten un espacio donde los procesos mentales pueden continuar elaborando sus contenidos asistidos por los diferentes estratos de la consciencia que tienen, durante los momentos de descanso y sueño, la oportunidad de desplegarse con todos sus recursos.

 

Si en la proximidad de los cambios de estación estás sintiendo la necesidad de dar a tu cuerpo un extra de descanso y sueño, no lo dudes, dáselo. 

Te dejo algunas claves para hacerlo posible:

  • Prioriza tu descanso cuando sientas que el cuerpo lo pide.
 
  • Aligera tu agenda, disminuye las obligaciones y cargas sociales. 
 
  • Pide ayuda, comparte con las personas que te rodean tu necesidad de descansar y respeta a la vez la necesidad de descanso de las personas de tu entorno.
 
  • Di que no cuando sientas decir no. 
 
  • Haz minimalismo digital: disminuye uso de pantallas, tecnología, redes sociales. 
 
  • Cambia los contenidos digitales por contenidos en papel impreso, por conversaciones que te nutran e inspiren, por espacios para escribir, dibujar, pintar, bailar, crear con las manos.
 
  • Evita el uso de despertador los días en que no sea una necesidad. Pide que te dejen dormir, pide que nadie entre a molestarte mientras duermes.
 
  • Si compartes la cama y esto es una molestia (ronquidos, movimiento, diferentes horarios, etc), tómate un respiro, dialoga, explica tu necesidad, busca alternativas.
 
  • Asegúrate de que tu habitación esté completamente a oscuras.
 
  • Pasa tiempo recibiendo la luz directa del sol y pasa tiempo en oscuridad tras la caída del sol.
 
  • Deja a un lado las noticias del mundo exterior, y dedica tiempo a tu mundo interior. Escucha a tu corazón, atiende sus necesidades. 
 
  • No necesitas hacer nada que no quieras ni sientas hacer. No te esfuerces. No te exijas. No te presiones.

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