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Si vas a practicar Yoga Nidra por primera vez, o si estás comenzando a adentrarte en el universo del descanso profundo y consciente, en este artículo encontrarás algunas sugerencias para preparar -y prepararte- para la práctica.
Prepara tu nido de descanso:
En primer lugar, prepara tu nido de descanso.
Aunque es posible practicar Yoga Nidra en una postura sentada, como puede ser una postura meditativa o cómodamente en una silla, y aunque incluso podríamos experimentar la práctica hasta en una postura de pie, mi invitación es a que dentro de lo posible, procures siempre disponer de un lugar cómodo, agradable y donde te sientas completamente a gusto.
Un nido de descanso es un lugar mullido, confortable, y seguro desde donde entregarte en total confianza al descanso profundo.
Y aunque puedes realizar la práctica en el suelo, sobre una esterilla de yoga, mi recomendación es que, especialmente cuando disfrutes de Yoga Nidra en tu casa, que lo hagas en una superficie que te resulte muy cómoda, como tu cama, un sofá o una colchoneta de espuma, como esas que se usan en algunas tumbonas de jardín.
Ten a mano todo lo que necesites para tu mayor comodidad:
Y de la misma manera, si bien es posible hacer la práctica a pelo, es decir sin ningún accesorio más, lo ideal, desde mi punto de vista, es darle al cuerpo el máximo de confort posible por los motivos que te explico en este artículo.
Entonces, te sugiero que tengas una almohada para dar soporte a la cabeza y al cuello, y una almohada más para colocar debajo de rodillas, lo cual ayuda a minimizar cualquier incomodidad en la zona lumbar.
Puedes utilizar una almohadilla para cubrir los ojos o bien una tela suave, como un pañuelo o un foulard.
Ponte ropa cómoda, o bien afloja cualquier prenda que pueda estar generando sensación de opresión o un contacto intenso: desabrocha botones, afloja o retira el sujetador, y todo tipo de accesorios como pulseras, relojes, cadenas, gomas de pelo, etc.
Abrígate:
Si es invierno, tal vez quieras ponerte unos calcetines abrigados y cubrir el cuerpo con una manta. Y aunque sea verano, mi recomendación es cubrirte aunque sea con un pareo ligero ya que la temperatura corporal desciende ligeramente durante la práctica y si no tienes este abrigo extra, al cabo de unos minutos puede que sientas frío.
El entorno:
Si es de día, tal vez quieras tamizar la luz natural que pueda entrar por las ventanas; si no hay luz natural, definitivamente apaga las luces que puedan haber en el techo. Lo que buscamos es crear un ambiente propicio para el descanso, utilizando una iluminación suave, acogedora, que te invite a la relajación y la introspección.
Procura que el espacio para la práctica esté ventilado, sin corrientes de aire. Cuida especialmente que no haya residuos de humo en el aire, como los de incienso ni tampoco ningún olor fuerte. Si usas un difusor de aceites esenciales, utiliza exclusivamente aceites esenciales naturales.
La temperatura ha de ser agradable, evitando aire acondicionado y calefacción excesivas, igual que para dormir, donde la temperatura ideal ha de rondar los 15º y los 21º
En total intimidad contigo:
Te recomiendo que, a menos que vayas a compartir la práctica con la o las personas que viven contigo, puedas decirles que procuren no interrumpirte durante tu práctica de Yoga Nidra.
Y si bien la propia práctica nos va recordando cómo relajarnos y descansar ante cualquier tipo de estímulos, lo cierto es que al principio tal vez sea recomendable que las condiciones sean las más cercanas al silencio y quietud en el ambiente a nuestro alrededor.
Si en casa hay mascotas, mejor que queden fuera del espacio de práctica ya que en general tienden a acercarse, acurrucarse o directamente subirse sobre el cuerpo humano que descansa y esto puede dificultar o interrumpir tu total relajación.
Tecnología en silencio:
Importante: silencia el teléfono, o ponlo en modo avión o apágalo directamente. Si utilizas un ordenador, cierra todas las ventanas que puedan tener una notificación sonora.
Prepara tu nido con mimo y disfrute:
Puedes hacer del momento de preparar el espacio y el nido de descanso un pequeño ritual de autocuidado y amor propio, escogiendo prendas que te hagan sentir muy, muy a gusto, teniendo a mano tu manta favorita, invirtiendo en una almohada realmente cómoda, etc.
Prepara el cuerpo físico:
Puedes tomarte un momento antes de iniciar la práctica para mover el cuerpo si lo necesitas, especialmente si sientes tensión física o carga mental. O tal vez no haya tensión ni carga, sino mucha energía acumulada (excitación), en ese caso también puede ser que quieras liberar el exceso de energía antes de dar inicio a la práctica de Yoga Nidra.
Sacúdete, bailla, salta, haz vibrar todo el cuerpo. Libera y suelta.
Libera la voz:
Grita si lo necesitas. Pero si gritas, hazlo sin forzar las cuerdas vocales: ponte a cuatro patas, haz varias respiraciones movilizando la columna arquéandola al inspirar y redondeándola al exhalar. Permite al diafragma soltarse. Siente cómo el movimiento respiratorio desciende hasta el abdomen e incluso la pelvis al inspirar y cómo la exhalación comienza desde el espacio de las vísceras (la barriga).
Para gritar, toma aire inspirando profundamente y abre la boca para exhalar. Permite que la voz emita el sonido que salga espontáneamente. No fuerces pero tampoco reprimas. Siente que el sonido sale desde las vísceras. Repite hasta sentir que te has descargado lo suficiente. Si salen lágrimas, llora lo que necesites.
Otra forma de liberar la voz es a través de la escritura. Puedes tomarte unos minutos antes para escribir unas líneas sobre aquello que te esté preocupando o generando tensión. Si hay lago que necesitas decir y no lo estás diciendo, si hay algo que necesitas expresar y no lo estás expresando, si hay algo que necesitas recordar, escríbelo en un diario.
La bitácora de Yoga Nidra:
Si vas a practicar Yoga Nidra de manera regular puede que quieras tener un diario de navegación -una bitácora- donde registrar tus exploraciones, descubrimientos y reflexiones.
Puede ser el lugar donde expresar lo que necesites como parte de tu preparación para la práctica y donde dejes tus impresiones y sensaciones al concluirla.
Incluso puedes tomar nota de cómo te sientes antes de comenzar la práctica, qué es lo que está vivo en ti en ese momento y cómo te encuentras al finalizar, tomando nota de los cambios, percepciones, o insights, que puedan surgir durante y después de la práctica.
La bitácora de Yoga Nidra es un recurso útil, práctico y maravilloso de realizar una transición desde la práctica hacia el siguiente espacio en tu vida. Resulta útil además para registrar lo que consideras importante recordar, remarcar, subrayar; es el espacio para plasmar todo aquello que has sentido y experimentado; es un espacio donde dar rienda suelta a tu creatividad, así que tómalo como un espacio íntimo que te sirva de diario.
Al finalizar la práctica:
Una vez que abras los ojos -y aún con los ojos cerrados- déjate sentir qué necesitas para salir de la quietud. Bostezos, suspiros, desperezarte, estirarte, acariciarte, masajearte, acurrucarte, todo es bienvenido.
Puede que sientas el anhelo de ponerte de pie y mover el cuerpo, poner música y bailar; permite que la expresión salga libremente.
Tal vez sientas quedarte en una postura sentada, y volver a entrar en el estado meditativo desde la verticalidad. O quizás quieras abrir la ventana y contemplar el paisaje, observar el cielo, ver la vida sucediendo delante de ti.
O tal vez sientas el llamado a jugar, cocinar, realizar una llamada a alguien especial, acariciar a tus mascotas o tener un momento de conexión con alguien que amas.
Procura no correr hacia lo siguiente. La práctica de Yoga Nidra no es una tarea más que cumplir, si no que al contrario, se trata de un espacio que cultivas para nutrirte, para cuidarte, para regenerarte, para generar espacio y vacío, silencio y escucha, permisión y expansión.
Déjate sentir y pregúntate: ¿qué siento en este momento? desde mi capacidad de elegir, ¿cómo elijo honrar el espacio cultivado con la práctica?